4 de febrero de 2008

Beowulf


Lo que les dejo a continuación, es la traducción del poema Beowulf al inglés contemporáneo de J.R.R Tolkien, luego traducido al español por Sergio Ribnikov.
Aqui les dejo la introducción y los 3 links, uno para cada capítulo. Vale aclarar, que en el último de ellos, se encuentra también apéndice con nomenclaturas que se utilizan en el texto. Un abrazo. Estanis

Beowulf
Introducción (De la llegada de Scyld)

Desde los tiempos más remotos se trasmite de generación en generación, en el pueblo que habita a las orillas del mar del Norte, la misteriosa leyenda de un héroe que arribó a las playas siendo todavía un niño, traído por las aguas sobre un escudo que
había sido rellenado con paja, a modo de cuna. Allí creció el muchacho, que con el tiempo llegó a ser un valiente guerrero, tan poderoso que fundó un reino que no tardó en superar en prosperidad y grandeza a todos los países del Norte.
Nadie sabía de dónde procedía ni cuál era su nombre, pero a causa del extraño medio en que había sido traído por el mar, fue llamado Sceaf —haz de paja— o también Scyld —escudo—. Cuando murió, después de un largo reinado tan próspero como
glorioso, obedecieron sus guerreros su último mandato, enviándole a su oscura patria, de nadie conocida. Colocaron su cadáver en un navío cargado con ricos tesoros. Encima de sus restos ondeaba un estandarte dorado.
Las luminosas velas se hincharon al viento, y así como había llegado, de niño, tan misteriosamente, volvió a desaparecer de la vista de sus apenados súbditos.
El nieto de este enviado de los dioses, Healfdene, continuó la obra de su abuelo, gobernando con mano firme el país. Cuando falleció este rey, le sucedió su hijo Hrothgar, el cual, acompañado de multitud de sus valientes guerreros, asentó su corte en el país danés. Mandó construir un palacio soberbio, un edificio
maravilloso, con resplandecientes almenas y una hermosa sala, ricamente adornada, como no se había visto nada igual en el mundo. Las gentes dieron al castillo el nombre de Herot —ciervo— porque eso es lo que parecía, desafiando a las tempestades
con la cornamenta de sus almenas, no temiendo ni siquiera a los incendios, cuando la codicia despertada por tantas riquezas atraía a los enemigos…

Beowulf - Capítulo I
Beowulf - Capítulo II
Beowulf - Capítulo III

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