2 de diciembre de 2007

Beowulf / Capítulo III


Capítulo III
De Beowulf y la Batalla Final

Habían pasado cincuenta inviernos y cierto hombre que no era bien visto en la corte, y que se esforzaba por hacerse agradable a su señor, le ofreció un día una copa de oro adornada con piedras maravillosas. Interrogado severamente acerca de la procedencia de la copa, acabó por confesar el robo: la había sustraído de una cueva, en el bosque, mientras el guardián dormía. El guardián era un enorme dragón. Los guerreros que lo vieron instaban a su señor a que se apoderase de todo el tesoro. Pero a Beowulf no el importaban las riquezas, le repugnaba el robo, y
castigó al ladrón. Entre tanto, la bestia había notado que el oro desaparecía y husmeando, husmeando, advirtió que un extraño había entrado en la cueva mientras él dormía.
El dragón, enfurecido, sintió que su pecho se enardecía y, lanzándose a través de los campos y pueblos, esparció el terror y la muerte por doquier, sembrando de desolación todos aquellos lugares por los que pasaba. Un gran clamor de lamentos se alzaba, una tremenda desgracia había caído sobre la tierra de los godos.
Los súbditos acudía a tropel a quejarse a Beowulf y a rogarle que los librase del monstruo. Los guerreros temblaban y Beowulf habló en los siguientes términos:
—Ha llegado el momento de ir a la cueva a buscar al dragón; yo lucharé contra el guardián del tesoro. Con doce hombres y con el ladrón como guía, se dirigió al
lugar. Cuando hubieron llegado cerca, se sentó un momento el anciano héroe junto a la roca, con el ánimo entristecido. No era el miedo lo que abatía al vencedor de Grendel y de la madre de éste, sino un lúgubre presentimiento que lo sobrecogía, advirtiéndole que la muerte estaba cercana y le murmuraba:
—Despídete de tus fieles.
Así lo hizo.
Poco después se levantó para dirigirse con paso rápido al muro de piedra en el que se abría la cueva. De las profundidades de la caverna salió una nube de fuego. Todo el monte pareció incendiarse. Beowulf sintió ardientes quemaduras, su pelo se chamuscó debajo del yelmo. Quedó cegado por las llamas, pero Beowulf
no se arredró por ello, sino que llamó con voz fuerte al enemigo, incitándolo a combatir. El dragón oyó la llamada y, envuelto en una nube de fuego, resoplando, salió de las profundidades de su guarida para golpear con sus gigantescos miembros anillados el escudo del héroe, el cual resistió a pie firme el ataque con el
hacha en alto, preparado para herir, lanzando un golpe que el monstruo pudo esquivar, retrocediendo.
Beowulf atacó de nuevo y el gigante echó llamas por la boca arrojándolas contra el escudo, hasta que se puso al rojo y se fundió e incluso la misma coraza del héroe enrojeció, hasta quemarle la piel.
Pero el soberano de los godos todavía pudo lanzar un golpe con el hacha que se escurrió por encima de la pata escamosa del dragón, hiriéndole solo levemente; esto, obviamente, irritó la furia de la bestia. Las llamas brotaron caudalosamente de sus fauces, chisporroteando las centellas, mientras su aliento emponzoñado
hervía. El viejo guerrero titubeaba ya; si su arma no le ayudaba, estaba perdido.
De un saltó se colocó junto a él el valiente Wiglaf, su escudero fiel. Éste no había podido resistir por más tiempo la espera y había gritado a sus compañeros:
—¡Ayudemos a nuestro señor! Él siempre nos ha defendido,
¡Ahora es nuestro turno! Prefiero mil veces que me consuma el fuego a que muera mi rey. Los demás vacilaron, pero Wiglaf corrió junto a su señor y a través del vapor y de las llamas atacó el dragón. El monstruo se había ensañado con la coraza de Beowulf y echó el aliento en el rostro de éste, no protegido por el yelmo, ya
medio fundido. Se encontraba indefenso para el combate y, rehaciéndose a la desesperada, dejó un flanco al descubierto al iniciar su postrer ataque. Recibió un golpe en el costado sin protección, cayendo vencido. Reuniendo el último esfuerzo y el definitivo hálito de vida, el anciano Beowulf consiguió partir con su hacha
la cabeza del dragón que, retorciéndose bruscamente, cayó muerto casi al instante. Pero también el héroe había caído, cegado por el pestilente aliento del monstruo.
Wikleif se inclinó sobre su rey y señor a tiempo de oírle murmurar:
—Esto es el fin. El fuego me consume, refréscame. Dame agua, me desvanezco.
Rápidamente, el fiel y valeroso escudero buscó agua para rociar con ella la cara del héroe; lo despojó de sus armas.
—¡Ah —suspiró Beowulf—, como desearía dejar estas armas a mi hijo! Ahora parto de este mundo al oscuro reino de las tinieblas sin dejar sucesor. ¿Quién poseerá el reino que durante cincuenta años defendí de todos sus enemigos? ¡Pronto, corre a
la cueva, tráeme los tesoros! Al héroe moribundo le consuela el brillo del botín…¡Corre y tráeme el tesoro antes de que mis fuerzas desfallezcan, antes de que me falte la luz! Wiglaf partió a cumplir la última orden.
Ayudado por los otros guerreros, fue amontonando las riquezas justo al lado donde yacía Beowulf, quien, al contemplar con ojos turbios tan brillantes y relucientes maravillas, susurró:
—Esto es lo que gané para mis hombres! ¡La herencia de Beowulf! Que les sirva para la felicidad, a ellos, valientes leones godos. A mí constrúyanme un túmulo a la orilla del mar, en una colina que mire por encima de las olas, que sirva de guía a los navegantes y que lleve por nombre «Monte de Beowulf».
Los ojos se le velaban. Alargó la mano hacia el cuello de su fiel amigo.
—Eres el último de nuestra estirpe; la muerte se los llevó a todos…Los nobles héroes…
Y su espíritu voló al Wælhalla. Los guerreros permanecían en silencio.
Horas después cavaron una fosa y sobre ella erigieron un túmulo muy alto y visible desde muy lejos, según los últimos deseos del rey. Y en diez días acabaron la monumental obra, el mayor túmulo que jamás se haya conocido. En él enterraron también el tesoro, lo mismo que en otros tiempos, cuando el dragón lo guardaba. Rodearon después, en procesión fúnebre, los doce más nobles guerreros, a caballo, el monumento, entonando el De profundis en honor del monarca y cantaron sus gestas, alabando sus luchas contra héroes, monstruos y gigantes, como correspondía
a una muerte tan heroica como la suya. Y todos los pueblos supieron lo sucedido.
Y todos lloraron la muerte del héroe Beowulf.

APÉNDICE: NOMENCLATURA

Nota: En la presente compilación se han incluido todos los nombres propios que son utilizados en la versión original pero que en mi versión no se encuentran. Esto se debe primero a que por cuestión de espacio y para que la historia no pierda el hilo me vi obligado a suprimirlos y además no eran muy relevantes en la historia sino que muchas veces se los incluía en la versión original, que estaba compuesta en poema, para cerrar las rimas.

Abel: Asesinado por Caín, su hermano. Génesis iv, 8.
Alfhere: Pariente de Wiglaf.
Ashhere: El consejero de Hrothgar, hermano de Yrmenlaf.
Beanstan: Padre de Breca.
Beow o Beowulf: Rey danés, hijo de Scyld, padre de Healfdene.
Beowulf: Hijo de Edgetheow; sobrino de Hygelac.
Brec: Hijo de Beanstan; rey de los Brondings.
Brondings: Tribu no identificada.
Caín: Asesino de Abel, su hermano más joven; Padre de todos los monstruos.
Daneses: El pueblo de Hrothgar, también llamados Scyldings.
Daneses medios: El pueblo de Hnæf. Posiblemente son los Jutos.
Dayraven: El mejor de los Francos.
Eadgils: Príncipe sueco, hijode Ohthere, hermano de Eanmund.
Eanmund: Príncipe sueco, hijo de Ohthere, hermano más joven de Eadgils.
Earna-Ness: Un cabo en la tierra de los godos (Earn: águila).
Edgelaf: Padre de Unferth, el envidioso.
Edgetheow: Un Waymunding que se casó con la hija única del rey godo Hrethel; asesino de Heatholaf; padre de Beowulf.
Edgewela: Un rey danés muy poco conocido.
Eofor: Guerrero godo, asesino de Ongentheow; hijo de Wonred; hermano de Wulf; esposo de la hija de Hygelac.
Eomer (¿eomer?..si!!! J): Hijo de Offa.
Eormenric: El famoso rey de los godos del este.
Esker: El mejor de los guerreros de Hrothgar.
Finn: Rey de los Fisios del este, monarca de los Jutos; hijo de
Folcwalda; esposo de Hildeburgh.
Fitela: Sobrino (e hijo) de Sigemund.
Folcwalda: Padre de Finn.
Francos: Pueblo bajo las ordenes de los reyes Merovingios; también llamados Hugas; enemigos de los godos.
Freawaru: Hija de Hrothgar.
Frisios: Pueblo dividido en Frisios del este (pueblo de Finn) y
Frisios del Oeste(tributarios de los francos).
Froda: Rey de los Heathobards, padre de Ingeld. Asesinado por los daneses.
Garmund: Padre de Offa.
Gifthas: Una tribu germánica del este.
Godos: El pueblo de Beowulf, en la actualidad habitantes del pueblo Gotarike en el sur de Suecia.
Grendel: Ogro asesinado por Beowulf; descendiente de Caín.
Guthlaf: Un súbdito danés de Hnæf, luego de Hengest.
Halga: El hermano más joven de Hrothgar; padre de Hrothulf.
Hama: Heroe que escapó de Eormenric con el collar Brising.
Hareth: Padre de Hygd.
Hathkin: Segundo hijo de Hrethel, el cual lo sucede, habiendo matado a su hermano mayor, Herebeald, por accidente.
Healfdene: Rey de los daneses, hijo del Beowulf el danés; padre de Heorogar, Hrothgar, Halga y (?) Ursula.
Heardred: Rey godo, hijo de Hygelac e Hygd. Killed by Onela.
Heathobards: El pueblo de Ingeld, enemigos de los daneses.
Heatholaf: Un Wylfing, asesinado por Edgetheow.
Helmings: La familia de Wealhtheow.
Hemming: Pariente de Offa y Eomer.
Hengest: Lider de los daneses (daneses medios) luego de la muerte de Hnæf.
Heorogar: Rey danés, el hermano mayor de Hrothgar.
Heorot: La fortaleza de Hrothgar. Este lugar muy probablemente se encuentra ahora cerca de Lejre Roskilde. (heorot:ciervo)
Heoroweard: El hijo de Heorogar; no lo sucedió, tal vez porque era muy joven.
Herebeald: El hijo mayor de Hrethel; asesinado por Hathkin.
Heremod: Tirano danés.
Hereric: Tío de Heardred. Posiblemente el hermano de Hygd.
Hetware: Tribu Franca.
Hildeburgh: Esposa de Finn; hija de Hoc; hermana de Hnæf.
Hnæf: Hijo de Hoc, hermano de Hildeburgh; lider de los daneses medios.
Hoc: Padre de Hnæf y de Hildeburgh.
Hrefnawudu: ‘El bosque de los cuervos’, el bosque sueco donde Ongentheow mató a Hathkin.
Hreosnabeorgh: Una colina en la tierra de los godos.
Hrethel: Rey de los godos; padre de Hygelac.
Hrethric: Hijo de Hrothgar y Wealhtheow; hermano mayor de Hrothmund.
Hronesness: Un cabo en la tierra de los godos (Hron: ballena).
Hrothgar: Rey de los daneses.
Hrothmund: Hijo de Hrothgar, hermano de Hrethric.
Hrothulf: Hijo de Halga; sobrino de Hrothgar.
Hrunting: La espada de Unferth
Hugas: Los Francos que Hygelac atacó.
Hunlaf: Padre de uno de los seguidores de Hnæf.
Hygd: Esposa de Hygelac, hermana de Hareth.
Hygelac: Rey de los godos; tío de Beowulf. Murió en una batalla contra los frisios en el año 521.
Ingeld: Hijo de Froda; príncipe de los Heathobards; esposo de Freawaru. Merovingio, el: El rey de los Francos.
Nailing: La espada que Beowulf tomó de Dayraven.
Offa: Rey de los Anglos en Angeln.
Ohthere: Hijo de Ongentheow el Sueco; hermano mayor de
Onela; padre de Eanmnd y Eadgils.
Onela: Hermano de Ohthere y su sucesor, esposo de Ursula.
Ongentheow: Rey sueco, padre de Ohthere y Onela; asesino de Hathkin.
Oslaf: Seguidor danés de Hengest.
Scyld: Fundador de la Casa Real danesa, los Scyldings.
Scyldings: Descendientes de Scyld; la familia de la Casa Real.
Scylfings: La familia real Sueca.
Shefing: Hijo de Sheaf.
Sigemund: Hijo de Wæls; padre y tío de Fitela; conquistador del dragón Fafnir.
Suecos: Los Suecos de la Suecia este-central eran los vecinos de los godos.
Swerting: La abuela de Hygelac.
Unferth: Hijo de Edgelaf; Consejero de Hrothgar.
Ursula: Hija de Healfdene.
Wæls: Padre de Sigemund.
Waymundings: La familia de Wiglaf, Weoxstan y Beowulf.
Wealhtheow: La reina de Hrothgar.
Wendels: Vandalos.
Weoxstan: Padre de Wiglaf.
Wiglaf: Hijo de Weoxstan; un Waymunding, pariente de Beowulf y su escudero más fiel.
Withergyld: Un guerrero Heathobard.
Wonred: Padre de Eofor y Wulf.
Wulf: Hermano de Eofor, hijo de Wonred.
Wulfgar: Principe de los Vandalos; el heraldo de Hrothgar.
Wylfings: Una tribu germánica.
Yrmenlaf: El hermano más joven de Ashhere.

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