Nació en Torquay y aunque Ashfield, la casa donde nació, ha desaparecido, es difícil dar un paso por la capital de la 'English Riviera' sin encontrarse con alguna referencia a su vida o a alguna de sus novelas. Para celebrar el centenario de su nacimiento en 1990, se creó una ruta con diez estaciones a lo largo de una milla. Culmina en el Hotel Imperial, inaugurado en 1866, un lugar anclado en el tiempo que se puede transformar en la perfecta base de operaciones para explorar el país de la reina de la novela policíaca.
Si el exterior del edificio ha sido muy alterado desde que Eduardo VII solía venir con su amante Lily Langtry, en su interior nada parece haber cambiado y se mantiene vivo el espíritu de esa Inglaterra de principios del siglo XX que tan bien conocía la autora de La ratonera. Que nadie se extrañe si más de un cliente puede recordar a Miss Marple o incluso a Agatha Christie. Desde muchas de sus habitaciones se domina la inmensa bahía de Torbay, el corazón de este territorio literario donde durante medio siglo ambientó gran parte de sus obras.
La mismísima Miss Marple desentrañó el misterio de Un Crimen Dormido en la terraza del hotel y Hercule Poirot se dio cuenta del Peligro Inminente en el que se encontraba la dueña de End House, -una casa cercana que se asoma al acantilado-, mientras desayunaba en su grandioso restaurante. A dos pasos de allí aparece la sede del Royal Torbay Yacht Club, donde Agatha solía venir con su padre antes de salir al mar. Y justo en frente, está Beacon Cove, una playa sólo para mujeres en aquella época donde nuestra autora estuvo a punto de ahogarse, según cuenta en su autobiografía.
Tras los pasos vitales de Christie
Un poco más arriba se esconde el Museo de Torquay, que desde 1990 cuenta con una galería dedicada a Agatha Christie. Entre cientos de fotos y recuerdos se conserva su abrigo de visón más emblemático y gran parte del vestuario utilizado en las últimas películas y series televisivas inspiradas en su obra. Ya frente al puerto, se acumulan los puntos de interés. Cerca de una de las pocas esculturas que se le han dedicado, se puede comprar algún recuerdo en su tienda monográfica, conocer los Princess Gardens -donde Alexander Cust, uno de los protagonistas del Misterio de la Guía de Ferrocarriles, se entera de la muerte de Sir Carmichael Clark- y curiosear en The Pavillion -hoy convertido en un centro comercial-, donde Archie Christie, su primer marido, le propuso matrimonio.
Para conocer el Grand Hotel, escenario privilegiado de su noche de bodas, hay que seguir caminando unos minutos por el paseo marítimo. No se sabe con seguridad si la habitación que lleva su nombre es la misma que utilizó aquel 24 de diciembre de 1914, pero sin duda tiene muy buenas vistas. Antes de dejar Torquay no hay que perderse Torre Abbey, un antiguo monasterio medieval que sirvió de cárcel a medio millar de supervivientes de la Armada Invencible y donde una imaginativa jardinera ha creado un lugar insólito. En cada uno de los parterres se dan las claves para preparar los venenos que aparecen en las novelas más carismáticas.
Se podrían pasar días buscando referencias literarias en Torquay. Se esconden en los lugares más inesperados. En el campo de golf local se guardan las claves de La trayectoria del Bumerang, por la Cueva de Kent pasaron los protagonistas de El hombre del traje marrón y la abrupta y vertiginosa Corbyn Head aparece en su última novela La puerta del destino . Eso só, si tiene un tiempo limitado, lo mejor es seguir camino por el sur de Devon.
El sur de Devon
Lo más aconsejable es acercarse a Paignton pasando por Oldway Mansión el palacio de Isaac Singer -donde la joven Agatha solía acudir a las recepciones que organizaba el amante de Isadora Duncan- para luego subirse al inquietante Dartmouth Steam Railway, un tren de vapor que aparece en varias de sus novelas incluida Misterio de la guía de ferrocarriles. El viaje hasta Kingswear apenas dura media hora, justo el tiempo para ponerse en situación e imaginarse convertido en un personaje de una novela policíaca. Al final del camino espera el ferry Devon Belle, que cruza a la preciosa Darmouth, donde el tiempo parece que se hubiera detenido.
Dan ganas de quedarse, pero otro barco espera al viajero para llevarle río Dart arriba hasta Galmpton. El paisaje se hace incluso más bucólico y pastoral si cabe, preparando el espectáculo extraordinario de Greenway, la propiedad favorita de Agatha Christie, que desde hace unos años se ha abierto al público como parte del Nacional Trust y donde incluso es posible alojarse en un apartamento.
Se encuentra en lo alto de una colina en medio de un frondoso bosque, en un lugar mágico donde sin duda pasó sus momentos más felices con su segundo marido el arqueólogo Max Mallowan. Naturalmente aparece en multitud de sus novelas, comenzando por Los cinco cerditos y terminando por Culpable de inocencia. Aunque la casa fue ocupada durante la Segunda Guerra Mundial por las tropas americanas, cada habitación, cada armario sigue siendo una fuente inagotable de recuerdos y objetos, algunos tan curiosos como el arcón de Bagdad que aparece en un cuento con ese nombre. Y como regalo de consolación para los que no puedan quedarse a dormir en la casa, se les ofrece la posibilidad de almorzar en la cocina.
Camino de Plymouth se multiplican los lugares relacionados con Agatha Christie, aunque si sólo hubiese tiempo para uno, ese no podría ser otro que la misteriosa Burgh Island, donde se acaba de restaurar uno de los hoteles más famosos de esta costa, incluida la Beach House o casita de la playa donde escribió dos de sus obras maestras, -Los diez negritos y Maldad bajo el sol- inspirándose para ello en este lugar con unas características únicas en la costa sur de Devon.
Se podrían pasar días buscando referencias literarias en Torquay. Se esconden en los lugares más inesperados. En el campo de golf local se guardan las claves de La trayectoria del Bumerang, por la Cueva de Kent pasaron los protagonistas de El hombre del traje marrón y la abrupta y vertiginosa Corbyn Head aparece en su última novela La puerta del destino . Eso só, si tiene un tiempo limitado, lo mejor es seguir camino por el sur de Devon.
El sur de Devon
Lo más aconsejable es acercarse a Paignton pasando por Oldway Mansión el palacio de Isaac Singer -donde la joven Agatha solía acudir a las recepciones que organizaba el amante de Isadora Duncan- para luego subirse al inquietante Dartmouth Steam Railway, un tren de vapor que aparece en varias de sus novelas incluida Misterio de la guía de ferrocarriles. El viaje hasta Kingswear apenas dura media hora, justo el tiempo para ponerse en situación e imaginarse convertido en un personaje de una novela policíaca. Al final del camino espera el ferry Devon Belle, que cruza a la preciosa Darmouth, donde el tiempo parece que se hubiera detenido.
Dan ganas de quedarse, pero otro barco espera al viajero para llevarle río Dart arriba hasta Galmpton. El paisaje se hace incluso más bucólico y pastoral si cabe, preparando el espectáculo extraordinario de Greenway, la propiedad favorita de Agatha Christie, que desde hace unos años se ha abierto al público como parte del Nacional Trust y donde incluso es posible alojarse en un apartamento.
Se encuentra en lo alto de una colina en medio de un frondoso bosque, en un lugar mágico donde sin duda pasó sus momentos más felices con su segundo marido el arqueólogo Max Mallowan. Naturalmente aparece en multitud de sus novelas, comenzando por Los cinco cerditos y terminando por Culpable de inocencia. Aunque la casa fue ocupada durante la Segunda Guerra Mundial por las tropas americanas, cada habitación, cada armario sigue siendo una fuente inagotable de recuerdos y objetos, algunos tan curiosos como el arcón de Bagdad que aparece en un cuento con ese nombre. Y como regalo de consolación para los que no puedan quedarse a dormir en la casa, se les ofrece la posibilidad de almorzar en la cocina.
Camino de Plymouth se multiplican los lugares relacionados con Agatha Christie, aunque si sólo hubiese tiempo para uno, ese no podría ser otro que la misteriosa Burgh Island, donde se acaba de restaurar uno de los hoteles más famosos de esta costa, incluida la Beach House o casita de la playa donde escribió dos de sus obras maestras, -Los diez negritos y Maldad bajo el sol- inspirándose para ello en este lugar con unas características únicas en la costa sur de Devon.
Javier Mazorra para OchoLeguas
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