30 de noviembre de 2025

Cine de Domingo: Train Dreams: la película que convierte lo mínimo en trascendente

Hay películas que buscan el impacto desde el exceso: grandes giros, grandes escenas, grandes discursos. Train Dreams, en cambio, hace todo lo contrario. Es una de esas historias que se cocinan desde el silencio, donde lo importante no está en lo deslumbrante sino en sus pliegues, en sus grietas. 

Desde los primeros minutos esto se nota: esta no es una película que quiera apurarte, ni tampoco explicarte más de lo necesario. Lo que hace es acompañarte a través de la vida de un hombre común —Robert Grainier— y dejar que seas vos quien entienda, quien complete, quien sienta. Una historia mínima contada con una sensibilidad enorme.

La adaptación respeta algo muy importante de la novela: la dignidad de lo pequeño. No seguimos a un héroe épico. No vemos grandes hazañas. Lo que vemos es la vida de un trabajador del Oeste americano de principios del siglo XX, con sus silencios, sus pérdidas, sus momentos efímeros de felicidad y esos golpes del destino que parecen minúsculos pero van formando una vida.
Lo extraordinario es que la película logra hacerte sentir que cada detalle importa: la forma en que Grainier mira el bosque después de la tragedia, el sonido del tren acercándose como una especie de destino inevitable, los planos abiertos donde el personaje parece casi tragado por el paisaje, y por sobre todo, el clima emocional donde lo cotidiano y lo espiritual se mezclan sin explicarse del todo.
El film tiene una delicadeza que no es común en el catálogo de Netflix: una apuesta por el ritmo pausado, por la mirada contemplativa, por dejar espacio para que el espectador respire.

Un personaje que se vuelve símbolo sin perder humanidad.

La actuación del protagonista es clave. Grainier no es un hombre que hable mucho, pero su rostro dice todo: el desconcierto cuando el mundo cambia más rápido que él, la forma en que carga el duelo sin que su vida frene del todo, la manera casi torpe pero sincera en que intenta reconstruirse.
No es un personaje “edificado” para que simpatices con él; es uno construido desde la honestidad. Ese tipo de interpretación que se siente más vivida que actuada.

Paisaje, memoria y fantasmas: los tres pilares de la película

Train Dreams funciona como una especie de elegía audiovisual. No solo cuenta lo que le pasa a Grainier, sino lo que le pasa al mundo alrededor de él.

1. El paisaje
Los bosques, los incendios, el río… todos funcionan como parte del estado emocional del personaje. En varios momentos se siente que estamos viendo más el interior de Grainier que el exterior.

2. La memoria
La película juega mucho con la sensación de que los recuerdos están desordenados, incompletos, casi como si fueran pedazos de algo roto. Y eso genera una sensibilidad preciosa: la historia avanza, pero no de forma lineal, sino emocional.

3. Los fantasmas
No fantasmas literales —aunque la película coquetea con lo extraño— sino de los fantasmas personales: la esposa perdida, la hija, la vida que no fue. Son presencias que no aparecen en pantalla todo el tiempo, pero están en cada gesto de Grainier.

Este trío convierte la película en una experiencia sensorial, más que narrativa.

La película deja varias cosas que vale la pena destacar:

1. Reivindica la vida de la gente común
En tiempos de historias grandilocuentes, Train Dreams recuerda que las vidas aparentemente insignificantes pueden contener una profundidad enorme. 

2. Recupera un paisaje emocional del cine americano
El Oeste como escenario íntimo, no épico. Una tradición que se estaba perdiendo y que acá reaparece con madurez.

3. Mantiene viva la narrativa de Denis Johnson
La película no intenta copiar cada página de la novela, pero sí captura su alma: esa mezcla de realismo y lirismo, de dureza y ternura, de mística y tierra.

4. Te acompaña después de verla
No todas las películas logran esto. Train Dreams no termina cuando aparecen los créditos. Se queda. Te hace pensar en tu vida, en las pérdidas que cargamos sin mostrar, en todo lo que seguimos adelante sin darnos cuenta de que era importante. Ese es su verdadero legado.

En sintesis, Train Dreams es, desde mi punto de vista, una experiencia delicada, humana, poética, que se toma su tiempo para contarte una vida que podría ser la de cualquiera… y por eso mismo se vuelve universal. Saludos, y nos leemos la próxima!

Les dejo el trailer, por las dudas no lo hayan visto aún:


26 de noviembre de 2025

Suite francesa: la novela que sobrevivió a su autora

Hay libros que nos llegan ya cargados con mucha emocionalidad, pero también lleno de sombras. 
Suite francesa es uno de esos libros donde la historia del libro y la historia de quien lo escribió resultan igual de poderosas. Y cuando uno conoce el destino de Irène Némirovsky, la lectura se vuelve todavía más intensa. Hoy quiero contarte un poco sobre la obra, su adaptación al cine y, sobre todo, la vida de una autora que merecía un final muy distinto.

Una novela escrita en medio del horror

Suite francesa no es una novela histórica escrita décadas después, con distancia, datos y perspectiva: es un retrato escrito durante la ocupación nazi en Francia. Irène Némirovsky lo redactó entre 1941 y 1942, viviendo en carne propia la persecución, el miedo y la incertidumbre. Quizás por es tan vibrante, casi urgente. No hay nostalgia, no hay reconstrucción: hay presente.
Personas huyendo de París, familias acomodadas de repente convertidas en refugiados, soldados ocupando casas ajenas, pequeñas traiciones, actos de bondad inesperados, amores fugaces… y todo narrado con esa mirada aguda, detallista y humana que caracterizaba a la autora.
Lo que impresiona es la lucidez con la que escribe en medio del caos. No hay rencor, no hay golpes bajos. Hay observación, sensibilidad y una especie de serenidad dolorosa que atraviesa cada página.

Irène Némirovsky: una vida brillante con un final desgarrador

Irène nació en Kiev, hija de una familia judía acomodada que escapó de los pogromos. Llegaron a París, donde ella creció, estudió en la Sorbona y se convirtió en una escritora reconocida desde muy joven.
Publicó novelas exitosas, movió contactos en la alta sociedad francesa y parecía tener una vida literaria asegurada… hasta que el antisemitismo se volvió ley.

A pesar de que Irène se había convertido al catolicismo, a pesar de que llevaba décadas en Francia, a pesar de su prestigio: nada la protegió.
En 1942, fue arrestada y deportada a Auschwitz, donde murió pocas semanas después. Su marido, Michel Epstein, también fue deportado y asesinado. Sus dos hijas sobrevivieron porque una familia las escondió.
Y acá viene lo más conmovedor: fueron esas hijas quienes rescataron el manuscrito de Suite francesa. Durante años pensaron que eran simples notas; recién décadas después lo leyeron completo… y descubrieron que su madre había dejado una obra maestra inconclusa.

La adaptación al cine (2015)

La película dirigida por Saul Dibb, con Michelle Williams y Matthias Schoenaerts, toma principalmente la segunda parte de la novela, titulada Dolce. Visualmente es muy cuidada, con un tono íntimo y melancólico que respeta el espíritu de Némirovsky.
No es una adaptación literal—porque el libro está inacabado y la película necesita dar cierre a lo que la historia real no pudo cerrar—, pero sí conserva la delicadeza, la sutileza en los vínculos y ese clima de tensión silenciosa propio de la ocupación.
Si uno ya leyó la novela, la película funciona como complemento emocional; si no, puede ser un buen punto de entrada para después ir al libro con la sensibilidad afinada.

Por qué este libro sigue vigente

Creo que Suite francesa sigue impactando por dos motivos:

1. Porque está escrito sin saber el final
La autora no sabía que moriría, pero intuía la amenaza. Y esa mezcla de miedo y lucidez le da al texto una profundidad única.

2. Porque muestra la guerra sin héroes ni villanos planos
No son escenas épicas, sino detalles cotidianos. Personas que huyen, que sobreviven, que hacen lo que pueden. Eso la vuelve cercana, auténtica y dolorosamente humana.

Leer Suite francesa es entrar en la mente de una mujer brillante que no tuvo la oportunidad de terminar su obra más ambiciosa. Saludos, y hasta la próxima!

23 de noviembre de 2025

La trilogía de la niebla – Carlos Ruiz Zafón

Si alguna vez buscaste un libro que enganche a un adolescente desde la primera página, seguramente alguien ya te recomendó a Carlos Ruiz Zafón. Antes de convertirse en el autor de La sombra del viento, Zafón escribió tres novelas juveniles que hoy siguen siendo pequeñas joyas: El príncipe de la niebla, El palacio de la medianoche y Las luces de septiembre.

Aunque se las conoce como trilogía, la verdad es que no continúan una misma historia: cada libro es independiente, con personajes y escenarios distintos. Lo que los une es el tono: ese aire misterioso, ligeramente gótico, que Zafón maneja como nadie, y que convierte lo cotidiano en algo inquietante… pero muy accesible para lectores jóvenes.

Cada novela ofrece algo diferente:
Una nos lleva a una costa llena de secretos enterrados; otra a las calles vibrantes y calurosas de Calcuta; y la última a una mansión envuelta en sombras y autómatas que parecen tener vida propia. Pero todas comparten un estilo envolvente que va mezclando la aventura, la amistad, siempre está la valentía y algo de magia oscura, sin pasarse nunca de la raya. 
Zafón para mi sabe sugerir muy bien, no mostrar nunca algo de más, siempre te deja en el punto justo. 
Por eso funcionan tan bien con adolescentes: los desafían, pero no los abruman.

En cuanto al ritmo, las tres son lecturas rápidas, con capítulos cortos y cliffhangers que dejan con ganas de seguir leyendo, y quizás terminarlo en una o dos sentadas. El tipo de libro que “por las dudas” le das a un chico/a para ver si le gusta leer y antes de terminarlo ya te está pidiendo otro.

Acá viene lo importante si sos padre, madre o estás buscando un regalo para un adolescente para las próximas fiestas:

El príncipe de la niebla: ideal desde 12/13 años.
El palacio de la medianoche: funciona perfecto entre 14 y 16 años.
Las luces de septiembre: también lo recomiendo para 14–16 años, especialmente si les gusta lo gótico light.

En general, creo que la colección completa es perfecta para chicos/as a partir de los 13 a 16 años.
No tiene violencia explícita, no tiene contenidos problemáticos, y sí tiene muchísimo ambiente, misterio y aventura.

En resumen, La trilogía de la niebla es una puerta de entrada perfecta al universo Zafón y, sobre todo, una manera segura de enganchar a chicos que están entre los 13 y los 16 años y buscan historias con emoción, misterio y una atmósfera que atrapa.

Lo que dicen las contratapas:

El príncipe de la niebla: El nuevo hogar de los Carver está rodeado de misterio. En él aún se respira el espíritu de Jacob, el hijo de los antiguos propietarios, que murió ahogado. Las extrañas circunstancias de esa muerte solo se empiezan a aclarar con la aparición de un diabólico personaje: El príncipe de la niebla, capaz de conceder cualquier deseo a una persona a un alto precio.

Las luces de Septiembre: Un fabricante de juguetes que vive recluido en un caserón poblado de seres mecánicos y sombras del pasado... Un enigma en torno a extrañas luces que brillan entre la niebla que rodea el islote del faro. Una criatura de pesadilla que se oculta en lo más profundo del bosque... Con un ritmo cinematográfico de suspenso creciente, el celebrado autor de La sombra del Viento cuenta aquí la historia de la familia Sauvelle y el misterio de la mansión Cravenmoore.

El palacio de la medianoche: Calcuta 1932: El corazón de las tinieblas. Un tren en llamas atraviesa la ciudad. Un espectro de fuego siembra el terror en las sombras de la noche. Pero eso no es más que el principio. En la víspera de cumplir los 16 años, Ben, Sheere y sus amigos deberán enfrentarse al más terrible y mortífero enigma en la historia de la ciudad de los palacios.

Si querés regalar algo que combine calidad literaria, entretenimiento y un toque de magia, esta trilogía es una apuesta segura. Saludos, y nos leemos la próxima!

18 de noviembre de 2025

Elvis Presley: Unchained Melody

Al escuchar esta canción interpretada esa noche como si Elvis se estuviera despidiendo del mundo, y conocer la historia que había detrás, tengo que confesar que se me cayeron algunas lágrimas. 

La interpretación de “Unchained Melody” que Elvis Presley dio el 21 de junio de 1977, en Rapid City, South Dakota, no es solo una canción más: es un pequeño pedazo de historia capturado casi por accidente, en un concierto que formaba parte del especial Elvis in Concert.

En ese momento, Elvis ya estaba muy lejos del ícono de los años 50 y 60. Se lo veía agotado, con graves problemas de salud, y cada movimiento parecía costarle el doble. Pero cuando se sentó al piano, van a ver ustedes, que algo cambió. Fue como si por un instante recuperara toda su fuerza, toda su sensibilidad, y la volcara en esos minutos de música.

El detalle más hermoso (y más triste) es que Elvis insistió en tocar él mismo el piano, algo que no solía hacer en el último tiempo. Se acomoda, respira profundo, se equivoca un segundo, sonríe… y arranca. Y lo que sale de ahí es una voz que no coincide con el cuerpo vencido que vemos: es firme, poderosa, desafiante. Como si en esa canción hubiera guardado lo último que tenía para dar, su despedida.

Hay algo muy humano (y de un significado enorme) en cómo Charlie Hodge le sostiene el micrófono, casi con cuidado de no lastimarlo. Y hay algo muy sobrecogedor en escuchar a Elvis llegar a esas notas altísimas, sabiendo que estaba a solo dos meses de morir. La gente aplaude, él hace una broma, y por un momento parece que todo está bien, como si esa noche pudiera seguir repitiéndose para siempre.

Pero no iba a repetirse. Y quizás por eso esta versión quedó grabada en la memoria colectiva: porque no es en absoluto perfecta, porque no es pulida… pero es lo más brutalmente honesta, frágil y, al mismo tiempo, gigante que he visto. Es Elvis aferrándose a la música cuando ya casi no quedaba nada más.

Esa noche en Rapid City no solo se cantó un dulce tema. Se cantó un pedazo de despedida. Y por eso, cada vez que suena esta versión de “Unchained Melody”, siento una gran nostalgia, pero también admiración: la última chispa de un artista que, incluso al borde del final, podía iluminar un estadio entero.

Se las dejo a continuación, y diganme si no ven ustedes, como vi yo, como el final de una vida va brotando de su voz:


Voy a escribir la reseña del film Elvis de Baz Luhrmann para la próxima entrega de Cine de Domingo. Saludos!

16 de noviembre de 2025

Cine de Domingo: To Walk Invisible – The Brontë Sisters

Esta película realizada por la BBC en el año 2016, dirigida por Sally Wainwright cuenta los últimos años de Charlotte, Emily y Anne Brontë, y lo hace desde un ángulo muy íntimo.

No vas a encontrar el típico romanticismo victoriano: acá hay viento envolvente, casas que crujen, deudas, silencios incómodos y un hermano —Branwell— que se va deteriorando frente a sus ojos. Ese lado más crudo le da una fuerza inmensa al relato, porque muestra lo difícil que fue para ellas crear en el medio del caos.

To Walk Invisible es una de esas películas que, si te gustan los libros o simplemente te interesa saber de dónde salen ciertas voces literarias, te atrapa sin necesidad de grandes artificios. Es sobria, cuidada, y muy humana. En esta ocasión Sally Wainwright decide correr el foco de “las grandes escritoras” para mostrar a tres hermanas tratando de sobrevivir en un mundo que no les daba demasiado (decir demasiado ya es mucho) lugar, mucho menos para escribir.
Uno de los grandes aciertos es cómo se muestra la dinámica familiar. Las actrices que interpretan a las hermanas tienen una integración muy atractiva: Charlotte con su mezcla de disciplina y vulnerabilidad, Emily más salvaje y hermética, y Anne con su sensibilidad a veces desbordante. Sin estridencias, cada una sostiene su lugar dentro de una casa que les queda chica para tanto talento y tanta tensión.

Visualmente, la película es muy sugerente en el sentido de captar la esencia de ese tiempo y lugar en la historia. La recreación de Haworth es impecable: los paisajes grises, la lluvia persistente, el interior de la rectoría… todo ayuda a entender de dónde viene ese tono tan particular que tienen sus novelas. Lo mismo con el vestuario, que no deslumbra pero aporta autenticidad en cada detalle.

El ritmo es pausado, muy británico. Pero funciona, porque te mete de lleno en esa sensación de encierro y resistencia que marcó la vida de las Brontë. Y cuando llega el momento en que sus libros —firmados con seudónimos masculinos— empiezan a circular, el impacto emocional es real, te pone en el lugar de entender lo que les costó escribir cada una de las páginas de sus historias.

En resumen, creo que To Walk Invisible es una película ideal para quienes aman Jane Eyre, Cumbres Borrascosas o Agnes Grey, pero también para quienes quieran ver cómo nacen las voces que cambiaron la literatura. No es un drama espectacular ni tampoco lleno de sorpresas; es más bien una mirada honesta, sensible y sobretodo respetuosa.

Y cuando termina, te va quedar esa mezcla de admiración y quizás un poco de tristeza que siempre dejan las buenas historias.

Les dejo también un preview:


Espero les haya gustado, y creo que también escribiré pronto mis reseñas sobre las novelas de las hermanas Bronte. Hasta la próxima!

14 de noviembre de 2025

Javier Marías: El escritor atmosférico

Hola! Me dieron ganas de hacer una breve guía de como leer a Javier Marías, según mi experiencia y de todos los libros que leí de su vasta producción. 

Para mi leerlo es como entrar en una conciencia que va pensando mientras narra y narra mientras piensa: examina cada instante, lo detiene, lo zarandea y lo vuelve inquietante.

1. Empezaría con Corazón tan blanco, es una novela relativamente accesible dentro de su bibliografía y contiene todos los "rasgos maríasicos" que después se encuentran en los otros libros: Frases envolventes y musicales; un narrador que reflexiona mientras va relatando los hechos; la obsesión por los silencios, lo que no se dice; y una intriga que se balancea entre lo moral y lo cotidiano.

2.Seguiría por Mañana en la batalla piensa en mi, es mas oscura y entrevesada pero uno ya viene preparado si ha leído antes al autor porque profundiza en su estilo. Tiene una gran densidad emocional.

3. Seguiría con dos novelas que juntas (aunque son historias separadas) forman un díptico metaliterario. Estas son: Todas las almas y Negra espalda del tiempo. Creo que leerlas seguidas produce la experiencia maríasica ideal: la ficción contaminando la vida y la vida contaminando la ficción.

4. Después seguiría sin dudas con la trilogía Tu rostro mañana (Fiebre; Baile y sueño; Veneno y sombra y adiós) Es su obra mas importante sin dudas, pero para disfrutarla se debe haber afinado el instinto lector al ritmo de Marías. Acá entra todo el repertorio de los temas que más lo carcomían: la traición, la interpretación del gesto ajeno, la manipulación del poder y sin dudas el peso del pasado. Además, leer esta trilogía es entrar en uno de los proyectos narrativos más ambiciosos de la literatura española contemporánea.

5. Para terminar, leería Los enamoramientos, aunque muchos la pondrían primero en la lista a esta novela porque es mas lineal y transparente, pero a mi parecer está mejor leerla cuando ya conocés todas las obsesiones del autor.


Creo que más adelante voy a escribir mi reseña de Corazón tan blanco, porque es una novela que nadie debería dejar de leer, es un pasaje a un mundo de vastos silencios significativos.