18 de octubre de 2009

Ildefonso Falcones / Entrevista

"El ´Ulises´ de Joyce es insoportable y Marcel Proust me parece espeso"
Se dio a conocer con su libro "La catedral del Mar" en el año 2006 y vendió cuatro millones de ejemplares. Ahora acaba de publicar en Grijalbo su segunda novela, titulada "La mano de Fátima"

¿Cuál es su visión en ´La mano de Fátima´ de la Córdoba del siglo XVI y de qué manera podría compararla con la Córdoba actual?
En aquella época Córdoba era una ciudad noble, con muchas casas de gran linaje y me da la impresión de que era una ciudad bastante injusta con los moriscos. Hay una gran cantidad de casos raros sobre sexo. La mayoría son casos que se basan en el sexo y en el honor. En aquellos momentos era una ciudad con influjos castellanos importantes y la comparación con hoy día es nula porque Córdoba es acogedora y asume la multiculturalidad.

El lector de ´La mano de Fátima´ acompaña al protagonista de su novela durante 40 años. ¿El lector aprende la historia de esos 40 años o es fruto de la fantasía? Lo decía porque en muchas ocasiones los lectores se acercan a las novelas históricas atraídos por la propia historia.
He procurado que los datos históricos que se relatan en la novela sean verídicos. He estudiado una serie de tratados y documentos sobre lo que sucedió. El desarrollo histórico es real, aunque detrás hay una trama ficticia relacionada con ella. Mi interés no es que el lector aprenda, sino que se entretenga. Los hechos deben ser verídicos, el resto no.

¿Ha tardado realmente tres años en preparar la documentación de su libro o en realidad era mejor dejar que pasara un tiempo desde ´La catedral del mar´?
También en escribirla. En esta novela está la guerra de las Alpujarras y cuando vi que la trama me iba a cuajar, mientras escribía la primera parte, me documentaba sobre el resto. Hice visitas previas a Córdoba y vine con asiduidad cuando estaba escribiendo esta primera parte.

Cuando presentó usted la novela en Córdoba hace varias semanas dijo que su ideal de novela es "una estructura que no sea barroca, que no te obligue a la relectura y que sucedan cosas, no como en esas novelas donde pasas 30 páginas y nunca ocurre nada". ¿Qué hacemos entonces con el ´Ulises´ de Joyce o con ´En busca del tiempo perdido´, de Marcel Proust?
¡Hombre, el Ulises de Joyce es insoportable! De diez personas que digan que lo han leído me creo que lo ha leído una. Tres habrán llegado a un tercio y los demás lo habrán dejado. Proust también es espeso, aunque se tolera más. Y yo me refiero a eso, a que hay gente para todo.

Pero esos autores llevan el sello de que han hecho una excelente literatura.
Ah, muy bien, perfecto, entonces lo mío no debe ser buena literatura.

¿Considera usted realmente que escribe literatura o es simplemente novela de entretenimiento que se convierte en ´bestseller´ si vende mucho?
Lo que yo escribo es novela. El ´bestseller´ lo hace la gente. Si le gusta a mucha gente se convierte en eso. Lo conseguí con La catedral del mar y ahora no sé lo que pasará con ésta. Pero todavía estamos en eso y el márketing llega hasta un punto. El verdadero bestseller se hace de boca a oreja. El escritor escribe un libro.

El lanzar de una tacada 500.000 ejemplares despierta envidias sanas e insanas entre los escritores y atrae a lectores de todo tipo. ¿Cómo lo ve usted?
Es un riesgo. La gente me dice que ojalá sea como La catedral del mar y yo espero que sea así..

Dijeron las malas lenguas que le ayudaron bastante para escribir ´La catedral de mar´. ¿Es cierto?
Lo he explicado mil veces. Aquí sólo hay una mala lengua que se empeñó en decirlo por la radio muchas veces. Lo sigue diciendo. Cuando yo terminé La catedral del mar no sabía si la novela servía o no. La intenté llevar a las editoriales y busqué asesoramiento profesional. Y no lo conseguí. Se me ocurrió ir al Ateneo de Barcelona. Les llevé la novela y me dijeron que valía. Un profesor me echó una mano y él me hizo unas indicaciones, eso fue todo. Luego vino la corrección en la editorial, pero yo estuve solito cinco años escribiendo esta novela. Yo llevé la novela hecha al Ateneo y siete u ocho editoriales me la rechazaron sin leerla. Luego me la aceptó Grijalbo y no hay más.

¿Quiénes son Hernando y Fátima?
Uno es el resultado de la evangelización obligatoria, Hernando, de esos niños que fueron evangelizados y los mismos que a escondidas seguían sus creencias. Fátima es más una luchadora visceral. Hernando se plantea la convivencia.

¿De la Córdoba actual qué es lo que más le atrae?
Me gusta la ciudad, la Judería, la Mezquita, las Caballerizas, Córdoba en primavera, porque es una ciudad muy acogedora. Me encanta.

¿Qué ha tratado de aportar con ´La mano de Fátima´ aparte de una historia entretenida y muy amena?
Nada más. Trato de relatar unos hechos que he estudiado y darle una interpretación y a partir de ahí que el lector saque sus propias conclusiones.

¿Cuáles son los autores que han influido en su obra?
No lo sé porque nunca he leído con espíritu crítico. Solo me fijo en si me entretiene y me divierte lo suficiente.

¿Qué le impulsa a escribir?
Todos tenemos una inquietud artística e intelectual.

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