25 de diciembre de 2009

Superfreakonomics

Les dejo la nota que se público en La Nación el 22/11/09 con motivo de la edición de la continuación de Freakonomics; un libro sensacional que en lo personal me gustó mucho. Muy recomendable. Saludos! Estanis

Irreverencia, creatividad y osadía intelectual fueron rasgos que identificaron a Stephen Levitt y Steven Dubner en sus investigaciones económicas. Ahora, con Superfreakonomics, retoman aquel camino y se atreven a poner en duda, incluso, el calentamiento global

Si usted es un terrorista que planea un atentado suicida debería sacar un seguro de vida. ¿Suena ilógico dado que éstos no cubren suicidios? Lo es. Pero también lo son, a simple vista, la mayor parte de las conclusiones a las que llega el flamante libro de Stephen Levitt y Steven Dubner, Superfreakonomics .

Sí, el dúo dinámico artífice de Freakonomics -uno de los fenómenos editoriales y de las Ciencias Sociales más llamativos de los últimos años- está de vuelta. La nueva edición llega después de un paréntesis de casi cinco años en los cuales su fórmula fue copiada hasta el hartazgo en el mercado de libros anglosajón: basta poner el título en la librería virtual Amazon.com para ver la cantidad de textos similares que se ofrecen. Pero, inalterables, ellos siguen dispuestos a recoger datos estadísticos sobre temas que van de lo dramático a lo mundano para llegar a resultados totalmente inesperados. Para muchos, lo siguen haciendo mejor que nadie. Superfreakonomics "no sólo es un libro con ideas que vuelan la cabeza, investigación innovadora e investigación periodística de calidad, sino que es también una historia sobre la creatividad y sobre cómo se pueden dar vuelta las verdades establecidas", escribió The Wall Street Journal .

Desde el comienzo de su asociación, Levitt y Dubner contaban con gran prestigio en sus respectivas áreas. Ambos se conocieron cuando la revista dominical de The New York Times envió a Dubner (periodista que también colabora con el New Yorker y que ya había publicado best sellers como Turbulent Souls y Confessions of a hero worshipper ) a hacer una nota de tapa sobre un inusual economista: Stephen Levitt.

Levitt, profesor de la Universidad de Chicago, había saltado a la fama poco antes cuando recibió la medalla de la American Economic Association al mejor economista "sub-40" (el "Nobel Junior" como se la suele llamar) por un trabajo académico muy controvertido, en el cual daba una explicación radicalmente nueva sobre el descenso en la criminalidad en Estados Unidos de los últimos años. Su tesis: una mayor cantidad de abortos en los hogares que eran modelos de adversidad y hervideros de potenciales delincuentes tras el fallo Roe vs. Wade que autorizaba la práctica. En el texto que Dubner publicó en la revista del New York Times , Leavitt se mostraba ideológicamente opuesto a todo esto, pero insistía en que la economía debe reflejar lo que sucede y no lo que debería suceder, y daba varios otros ejemplos considerablemente más alegres.

La nota tuvo una enorme repercusión y distintas editoriales comenzaron a ofrecerles mucho dinero para que escribieran un libro juntos con el espíritu del artículo publicado que, a pesar de lo dramático del tema de fondo, dejaba entrever un humor muy sutil y una actitud iconoclasta que sigue siendo su marca en el orillo.

Cuando empezaron a trabajar juntos no podían imaginar el fenómeno que desatarían: dada la enorme demanda, The New York Times incluso les habilitó un blog ( http://freakonomics.blogs.nytimes.com ) para que siguieran dando explicaciones contraintuitivas sobre fenómenos de la vida cotidiana en base a una ciencia.

"La economía no tiene por qué ser sobre inflación o tasas de interés. Además, ¡Steven Leavitt ni siquiera sabe mucho de inflación o tasas de interés!", explicó Dubner durante un encuentro con esta redactora cuando salió Freakonomics .

En Superfreakonomics los autores también se niegan a analizar fenómenos macro, vanagloriándose en la introducción de que se trata de uno de los pocos libros de economía publicados este año que ignoran radicalmente la crisis. "¿Por qué? Porque la macroeconomía y sus múltiples partes, móviles y complejas, simplemente no son de nuestro dominio", aclaran en la introducción, para luego agregar que, dados los hechos de público conocimiento ocurridos en el mundo financiero recientemente, uno debería preguntarse si serán del dominio de alguien.

Con status de estrellas
Con sus anteojos redondos, rulos oscuros y el libro que estaba reseñando en ese momento bajo el brazo, Dubner no podía ser sino el típico intelectual del Upper West Side neoyorquino. Leavitt, que vive cerca del campus de la Universidad de Chicago, cultivaba, en cambio, en las palabras del propio Dubner, el look " high nerd " ("alto tragalibros").

Casi cuatro años después, el tiempo parece no haberles pasado, pero el status de estrellas que tienen ahora es incontestable, no sólo en el ámbito popular, sino también en el académico. Prueba de esto fue una reciente conferencia que dieron en la London School of Economics (LSE) con motivo de su nueva colaboración. Tal fue el furor y la concurrencia que el chiste que circulaba era que se debía haber cambiado el nombre de la institución a London School of Freakonomics (LSF) aunque fuera por el día.

¿De qué trata el nuevo libro? El subtítulo adelanta: "Enfriamiento global, prostitutas patrióticas y las razones por las cuales un terrorista que piensa cometer un atentado suicida debería sacar un seguro de vida" y, como en el libro anterior, se utilizan estudios propios de Levitt así como los de otros economistas que no han llegado al oído del gran público. En cuanto a las críticas, el capítulo sobre el enfriamiento global, que va directamente en contra de muchas de las suposiciones con las que se maneja Al Gore, ya ha levantado una enorme polémica y se ha acusado a los autores de reduccionistas en un tema complejo. En cambio fue muy bien recibido su manejo sobre la economía del sexo para el cual, como prueba de su popularidad sin límites, una prostituta que había leído Freakonomics se contactó con ellos ofreciéndoles colaborar con el nuevo proyecto.

También fue altamente ponderado el capítulo dedicado al terrorismo, donde explican, como parte de un análisis mucho más complejo, que un potencial terrorista suicida es mucho menos propenso a tener un seguro de vida que la media, por lo cual el que quiera encubrirse debería sacarlo.

Pero hay varios temas más. Por ejemplo, supongamos -parafraseando el estilo narrativo bien accesible de los autores- que estamos de visita en la casa de un amigo en EE.UU. y bebemos unas copas de más. Le avisamos, entonces, al dueño de casa que volveremos a pie las cuadras que nos separan del hotel en vez de hacerlo manejando, una decisión que todos los invitados aplauden. Pero, ¿no se estarán apresurando? Manejar borracho es tremendamente riesgoso, pero, ¿qué hay de caminar borracho?

En Superfreakonomics se sugiere prestar atención a ciertas estadísticas habitualmente dejadas de lado que, combinadas, indican que, por milla, es ocho veces más probable que muera alguien que camina borracho por la calle que alguien que conduce borracho.

Reconocen, claro, una diferencia importante. Quien camina borracho se acostará a dormir la siesta en las vía del tren o se lanzará a correr a través de una autopista, pero es poco probable que lastime o mate a un tercero, a diferencia de quien está al volante en el mismo estado de intoxicación. En los accidentes mortales que involucran alcohol, el 36 por ciento de las víctimas son peatones, pasajeros u otros conductores. Pero lo interesante es que, aun así, e introduciendo la muerte de inocentes en la ecuación, Levitt y Dubner explican que caminar borracho lleva a cinco veces más muertes en total por milla que manejar borracho.

"Al dejar la fiesta, entonces, debería estar claro: manejar borracho es más seguro que caminar borracho", sostienen los freakonomistas. Pero aclaran que mucho más seguro aún es no tomar tanto, o llamar a un taxi, ésas son las decisiones que los amigos deberían aplaudir.

Recientemente, la revista Time colocó a Levitt (quien reconoce la herencia del Nobel de economía Gary Becker en su análisis) en la lista de las "Cien personas que modelan nuestro mundo". De hecho, si Freakonomics tuvo tan extraordinario éxito , fue en parte por su habilidad para convertir un tema árido en lectura accesible para una audiencia de gente interesada, pero no especializada, como años antes lo había hecho de Simon Singh con las matemáticas en El enigma de Fermat .

Con este nuevo libro, sin embargo, han recibido duras críticas que señalan, sobre todo, la falta de seriedad y los errores en el tema del calentamiento global. The New Republic llegó a decir que "lo triste es que Dubner y Levitt ni siquiera se insertan en el campo del escepticismo climático sofisticado. Sólo muestran una falta de voluntad básica de siquiera conocer el tema en términos generales". Y concluye, lapidaria, con un lamento "a los díscolos ya no los hacen como antes".

Juana Libedinsky
© LA NACION

Quiénes son
Steven D. Levitt:
Realizó sus estudios de Economía en Harvard y en el M.I.T., desde 1997 es profesor en forma ininterrumpida. En 2004 fue reconocido como uno de los economistas más influyentes menores de 40 años.

Stephen J. Dubner:
Como periodista ha trabajado para medios tales como The New Yorker, The New York Times Magazine y Time ; también ha escrito numerosos libros. El primero, Highlights por children , cuando tenía 11 años.

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