8 de enero de 2007

Fedor Dostoievski // Biografía


Novelista ruso, uno de los más importantes de la literatura universal, que escudriñó hasta el fondo de la mente y el corazón humanos, y cuya obra narrativa ejerció una profunda influencia en todos los ámbitos de la cultura moderna. Nació en Moscú el 11 de noviembre de 1821. Su infancia fue bastante triste y, cuando contaba sólo diecisiete años, su padre, que era un médico retirado del ejército, le envió a la Academia Militar de San Petersburgo. Pero los estudios técnicos le aburrían y, al graduarse, decidió dedicarse a la literatura.
En 1837 muere de una tisis galopante la madre de Dostoievsky, el 27 de febrero, a la edad de 37 años. En mayo, Fedor y Mijaíl ingresan en la Escuela de Ingenieros Militares, en San Petersburgo, entrando con problemas debido a la inmediatez de los exámenes de ingreso. Mijaíl es rechazado por motivos de salud, y Fedor es aceptado aunque sin beca. Lleva una vida solitaria, refugiado en la literatura. El 1 de julio se retira su padre a sus posesiones, en medio de una considerable precariedad económica. Allí, debido a su carácter y a su alcoholismo, se gana el odio de sus siervos.
En 1844, Balzac visita San Petersburgo, y Dostoievski concibe la idea de traducir Eugénie Grandet para saldar una deuda de 300 rublos con un usurero. Esta traducción despertará su vocación, y poco después de terminarla pide la excedencia del ejército con la idea de dedicarse exclusivamente a la literatura. El 30 de septiembre, poco antes de recibir la orden de excedencia, escribe a su hermano diciéndole que está acabando una novela. En noviembre, termina Pobres Gentes, aunque luego vendrán numerosos retoques y pulimentos.
Su primera novela, Pobres gentes (1846), la desgraciada historia de amor de un humilde funcionario estatal, recibió buenas críticas por su tratamiento favorable de los pobres, víctimas de sus terribles circunstancias. El libro era bastante novedoso, pues añadía la dimensión psicológica a la puramente narrativa, en su análisis de los conflictos del protagonista observándolos desde su propio interior. En su siguiente novela, El doble (1846), y en otros trece esbozos y cuentos que escribió durante los siguientes tres años, el autor ruso continuó explorando las humillaciones y el consecuente comportamiento de los desheredados. En 1849, su carrera literaria quedó fatalmente interrumpida. Se había unido a un grupo de jóvenes intelectuales que leían y debatían las teorías de escritores socialistas franceses, por aquel entonces prohibidos en la Rusia zarista. En sus reuniones secretas se infiltró un informador de la policía, y todo el grupo fue detenido y enviado a la prisión. En diciembre de 1849 se les condujo a un lugar en que debían ser fusilados pero, en el último momento, se les conmutó la pena máxima por otra de exilio. Dostoievski fue sentenciado a cuatro años de trabajos forzosos en Siberia y a servir a su país, posteriormente, como soldado raso. Las tensiones de ese periodo
se materializaron en una epilepsia, que sufriría durante el resto de su vida.
Durante el período entre 1848 y 1850, el amor propio de Dostoievski se duele por la dura crítica de Belinski, y concibe una obra más ambiciosa, otra novela. Así, empieza a escribir Niétochska Nezvánova, publicándola, a medida que la crea en, Apuntes Patrios. Sin embargo, la redacción queda inconclusa: se produce, el 23 de abril, la detención de Dostoievski por pertenencia a grupos socialistas. Dostoievsky acabará Niétochska Nezvánova en 1860, sometiendo la idea principal a un cambio importante. De los 123 detenidos del círculo socialista de Petrashevski, 21, entre ellos Dostoievski, son condenados a muerte. tras ocho meses de reclusión en la fortaleza de Pedro y Pablo, son conducidos frente al pelotón. Ya estaban lo tres primeros reos vendados y ante el pelotón, cuando llegó la conmutación de las penas por otras de prisión y trabajos forzados. A Dostoievski le tocó 4 años de trabajos forzados en la penitenciaría de Omsk y la sucesiva incorporación a filas como soldado raso. Ingresó en el penal el 23 de enero de 1850.
En febrero de 1854 concluye la condena, que, con todo lo acontecido anteriormente, ha significado una marca que llevará toda su vida y le afectará en muchos aspectos. Ingresa, según dictaba la pena, en el 7º batallón de Semipalatinsk como soldado raso. Allí, sin embargo, y a pesar de que el ambiente no es mejor que en penal, puede escribir y leer, y se pone manos a la obra a recuperar tiempo perdido y a ponerse al día en la actualidad literaria. A medida que pasa el tiempo se la van abriendo las puertas de los alrededores y se va relajando su régimen, hasta que llega a tener una habitación propia en donde, de noche, puede escribir. Frecuenta una casa de un funcionario de aduanas tuberculoso y alcohólico, Isáev, de cuya mujer se enamora con pasión Dostoievski
En Memorias de la casa muerta (1862), publicada en Vremya (Tiempo), la revista que él mismo fundó en 1861, Dostoievski describió con todo detalle el sadismo, las condiciones infrahumanas y la falta total de privacidad entre los presos, resultado de su experiencia puesto que en la cárcel le habían tratado a él, 'un caballero', con desprecio. En él también se produjo un cambio espiritual y psicológico. Sus lecturas de aquel periodo, limitadas a la Biblia, le empujaron a rechazar el ateísmo socialista, de inspiración occidental, que había practicado en su juventud. Las enseñanzas de Jesucristo se convirtieron en la suprema confirmación de las ideas éticas y de la posibilidad de la salvación a través del sufrimiento. La brutalidad de los delincuentes, salpicada a veces por gestos de valentía y generosidad, y por sentimientos nobles, le ayudaron a profundizar en su conocimiento de la complejidad del espíritu humano. Liberado en 1854, se le envió a una guarnición militar en Mongolia, donde transcurrió los siguientes cinco años hasta que recibió permiso para regresar a San Petersburgo, en compañía de una viuda aquejada de tuberculosis, con la que se había casado y que no le hizo feliz.
Al regresar a San Petersburgo, Dostoievski retomó su carrera literaria, lanzando una publicación mensual en colaboración con su hermano Mijáil, llamada Vremya (Tiempo). En ella publicó, en capítulos, Memorias de la casa muerta, al igual que Humillados y ofendidos (1861). En esta melodramática historia, muy apreciada por los lectores debido a su compasivo tratamiento de los desheredados, el autor ruso presenta por primera vez el tema de la redención y del logro de la felicidad a través del sufrimiento. Su primer viaje al extranjero, un deseo que había acariciado desde mucho tiempo atrás, quedó reflejado en Notas de invierno sobre impresiones de verano (1863), ensayo en el cual describe la mecánica monotonía de la cultura de la Europa occidental.
Cuando la revista fue cerrada, por un artículo supuestamente subversivo que se publicó en ella, los dos hermanos se embarcaron, en 1864, en el proyecto de Época (Epoja) otra revista de corta vida. En ella se publicó el comienzo de la única novela filosófica de Dostoievski, Memorias del subsuelo (1864). Esta obra, considerada como el prólogo a las obras mayores de su autor, es un autoflagelante monólogo en el que el narrador, un rebelde contrario al materialismo y al conformismo imperantes en la sociedad, constituye el primero de los antihéroes enajenados de toda la historia de la literatura moderna. Tras la larga enfermedad y muerte de su mujer en 1864, y la de su hermano, cuyas deudas financieras se vio obligado a pagar, quedó prácticamente en la ruina. A cambio de un préstamo, se comprometió con un poco escrupuloso editor a cederle todos los derechos de sus obras si no le entregaba una novela completa en el plazo de un año. Dos meses antes de cumplirse ese plazo, le presentó El jugador (1866), basada en su propia pasión por la ruleta. Para transcribir esta novela había contratado los servicios de una mecanógrafa, Anna Snitkina, con la que se casaría poco después, y con la que alcanzaría felicidad y satisfacción.
Dostoievski se pasó los siguientes años fuera del país, para escapar de los acreedores. Fueron años de pobreza, pero de gran creatividad. Durante este periodo, consiguió finalizar Crimen y castigo (1866), que había comenzado antes que El jugador, y Los endemoniados (1871-1872). Cuando regresó a Rusia, en 1873, había obtenido ya el reconocimiento internacional.

Su última novela, Los hermanos Karamazov (1880), la completó poco antes de su muerte, acaecida el 9 de febrero de 1881 en San Petersburgo. Sobre estas cuatro últimas novelas, en las que Dostoievski traslada a sus narraciones los problemas morales y políticos que le preocupan, descansa el reconocimiento universal. En Crimen y castigo, probablemente su mejor novela, un estudiante pobre, Raskolnikov, asesina y roba a una vieja avara a la que considera un parásito, con el fin de destruir esa vida que le parece miserable y salvar la de sus familiares, sumidos en la indigencia. Atormentado por su culpa y su aislamiento, termina por confesar y por redimirse espiritualmente. El tema principal de esta novela es un análisis sobre si un ser, que se ve como un individuo extraordinario, tiene derecho a quebrantar el orden moral. En cambio, el protagonista de otra de sus novelas, El idiota, es un personaje mesiánico, concebido por el autor como el paradigma del hombre bueno.

El príncipe Mishkin irradia sinceridad, compasión y humildad, y se convierte en un defensor público de estas virtudes, pero es derrotado finalmente por sus propios odios y deseos. Los endemoniados es una novela sobre un grupo de conspiradores revolucionarios que usan tácticas terroristas para conquistar sus metas. El protagonista, Stavrogin, es un personaje demoníaco y autodestructivo, con una ilimitada inclinación hacia la crueldad. Los hermanos Karamazov, considerada como una de las grandes obras maestras de la literatura universal, constituye la expresión artística más poderosa de la habilidad de Dostoievski para traducir a palabras sus análisis psicológicos y sus puntos de vista filosóficos. La gran aportación de Dostoievski a la literatura universal consistió en dar un nuevo enfoque a la novela según el cual el narrador ya no está fuera de la obra relatando acontecimientos más o menos ajenos a él, sino que su presencia se manifiesta con voz propia, como si de otro personaje se tratara.
En 1871, aparece Los Demonios. Estando en Dresde, les nace a la pareja un nuevo hijo: Lubov. Katkov, con la promesa de una nueva novela, les adelanta 500 rublos para volver a Moscú, cosa que hacen en julio. Al poco tiempo les nace un nuevo hijo, a quien llaman esta vez Fiodor. A la vuelta les asaltan los acreedores, a quien de nuevo hace frente Ana, poniendo orden. A su regreso, Dostoievsky, que ahora goza de gran prestigio, participa activamente en la vida social e intelectual de la época.
En 1873, pasa a ser director de El Ciudadano, una revista reaccionaria; en el contrato se impone una condición: que una parte esté dedicada al Diario de un Escritor. Esto le llevará a una dura polémica con los sectores demócratas del país. En Diario de un Escritor manifiesta abiertamente, entre otras cosas, sus ideas ahora reaccionarias. Sin embargo, las contradicciones -quizás aparentes- de Dostoievsky son algo perfectamente reconocido, y a la vez que manifiesta la consigna oficial "autocracia, religión ortodoxa y espíritu nacional", manifiesta también una gran consciencia social y una gran consciencia humana.
En 1881, muere Fedor Mijáilovich Dostoievski el 28 de enero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un maestro!!